Con una edición que se prestaba a ser de un nivel como hacía mucho tiempo no se veía en una entrega de galardones, con unas plataformas en streaming en pleno auge, un Donald Trump convulsionando en Twitter y una serie como Juego de Tronos no invitada al reparto de premios, arrancaba el show de la televisión americana en un momento en el que los últimos azotes no pasaron a un segundo plano para los asistentes del Microsoft Theatre de Los Ángeles. Una noche de premios Emmys donde las historias de mujeres triunfaron y los hombres supieron aplaudirlas (y muy bien vestidos, que conste)
Si nos hubiéramos quedado en los primeros minutos de gala y juzgado según el número musical que se marcó el presentador Stepen Colbert como opening, lo más seguro es que la cita hubiera sido una de tantas. Pero como los americanos se las pintan solos para hacer de lo sin gracia algo absolutamente brillante, la ceremonia rápidamente arrancó el vuelo repartiendo estatuillas a diestro y siniestro, olvidando a series como The Crown (solo ganó John Lithgow como Mejor Actor de reparto) o Juego de Tronos, apostando todas sus fichas a Big Little Lies (5 Emmys) y a The Handmade´s Tale (5 Emmys) captando el morreo de Kidman a Skarsgard con el marido de la primera como testigo o el enfado de Jackie Hoffman (Feud) al perder su galardón de Mejor Actriz secundaria frente a Laura Dern (Big Little Lies) y convirtiendo a RuPaul en premio Emmy en sí mismo en una velada que respiraba orgullo LGTB hasta las pestañas.
Una ceremonia hecha a la medida de mujeres combativas, interesantes, críticas y no dispuestas a ser relegadas a una mera mención y que desde Nicole Kidman (Mejor Actriz de miniserie y productora por Big Little Lies) a Elisabeth Moss (Mejor Actriz dramática por The Handmade’s Tale), pasando por Julia Louis-Dreyfus (Mejor Actriz cómica por Veep), Lena Waithe (Mejor Guión de comedia por Masters of None), Rachel Bloom, el trío de oficina Jane Fonda–Lily Tomlyn–Dolly Parton o las grandes damas Jessica Lange y Susan Sarandon (que llegaron muy guapas pero se volvieron a casa con su talento más que con su premio por Feud) celebraron su poder en la televisión.
Un poder que no nos eclipsó lo suficiente para evitar regalarnos la vista con el desfile de actores que tanto sobre la alfombra roja como por el escenario lucieron sus mejores galas para nuestra alegría y la de las marcas que los eligieron como embajadores. De este modo Alexander Skarsgard (Mejor Actor secundario por Big Little Lies) de Ermenegildo Zegna Couture, Matt Bomer de Giorgio Armani, Donald Glover (Mejor Actor y Director por Atlanta) de Gucci, Riz Ahmed (Mejor Actor protagonista por The Night of) de Prada, Milo Ventimiglia de Ralph Lauren Purple Label y Stephen Colbert de Giorgio Armani Made-to-Measure no solo nos ganaron sino que nos dieron una serie de ideas para poner en práctica y resplandecer más que un Emmy en nuestro próximo evento aunque no llevemos al guapo de Skarsgard de acompañante.