Pocas veces nos habíamos echado a la cara a un buenorro como Zane Phillips, actor y modelo que está a punto de estrenar nueva serie y que derrocha talento y músculos a partes iguales.
Es guapo y esperamos que él no se lo tenga muy creído, aunque parece que no mucho. Lo conocimos en la serie fantástica Legacies y desde entonces se ha convertido en un caramelito (nunca mejor dicho) para los productores de Los Ángeles que han ido colándolo en títulos como Fire Island (una especie de Orgullo y prejuicio homosexual), Partner Track y, próximamente, Glamorous, en la que se convertirá en hijo de Kim Cattrall, la cañera Samantha de Sexo en Nueva York.
Una nueva excusa para seguir babeando, frente a la pequeña pantalla, por culpa de este hombretón nacido en Colorado hace casi tres décadas, gay confeso, y que sigue dando de qué hablar en el mundillo actoral, no solo por la imponencia de unos músculos a los que tendrían que darles el rango de Patrimonio de la Humanidad, sino por un talento para la actuación tan innato y natural como esa sonrisa y simpatía que derrocha.
Un nuevo proyecto de Netflix ideado para el público LGTBIQ+ y para todos aquellos que disfrutan de un buen chutazo de ‘queerismo’, y en el que Phillips se lo pondrá muy difícil al cantante y actor Miss Benny en la famosa empresa de cosméticos que su madre ha construido desde que dejara su exitosa carrera como modelo. Un culebrón a la americana que analiza, en clave de tragicomedia, lo que significa ser queer para una persona queer no conforme.
¿Será este nuevo papel de Phillips la antesala a protagonizar el próximo live action de Disney, Hércules? ¡Zeus nos oiga!