Somos modernos, nos gusta lo cosmopolita pero también darnos un buen homenaje de esos cuyas sobremesas se pasan en el sofá o en la cama hasta que el día se hace noche. Restaurantes, muchos de ellos, negocios familiares que han vuelto a levantar el cierre porque lo suyo es la gastronomía de toda la vida, dar de comer y alegrarle el día al comensal.
Vallecas y alrededores se convierten en nuestro destino culinario pues es donde se encuentra El Jardín de Baco (que cuenta con un segundo local). Una taberna de toda la vida con 40 años en sus pucheros que celebra la cocina segoviana como pocas veces la habías degustado.
Un templo del buen yantar donde las sobremesas se alargan pues el reposo que necesitan semejantes platos bien lo merecen. Fogones sin descanso, camareros que hacen su servicio de manera impecable y una carta tan larga y variada que nos pone muy difícil la elección.
¿Qué te apetece? Hay gambas al ajillo, berberechos al vapor o coquinas, zamburiñas frescas, la ración de crujiente de bacalao, el canapé de anchoa en salazón o sus mollejas, un escabeche de pechuga de gallo, el codillo, el chuletón de vaca, las chuletas de cordero,, su impresionante cochinillo, el rape al horno, las cocochas rebozadas o la merluza al ajillo que está para dar palmas. Y de postre, torrijas o leche frita. ¿Para qué más?