Dicen que todo lo bueno se acaba y es verdad. Cuando crees que algo va a durar para toda la vida porque es bueno y te hace feliz, llega el mazazo, la tristeza y el adiós para el que nunca se está preparado. Nos ha pasado miles de veces pero no creíamos que nos volviera a pasar a nosotros. Sense8 anunciaba hace unos meses que por motivos que aún el equipo no entendía, Netflix les comunicaba que no renovarían la serie. Tras el estupor de todos sus fans y una recogida de firmas, a la que nos sumamos, para que volviera, Sense8 vuelve aunque sea para despedirse con un solo capítulo. El final.
Hay series que funcionan, otras que no y algunas que nacen muertas pero no era el caso de Sense8. La serie de las hermanas Wachowski y J. Michael Straczynski nos había regalado los mejores momentos de la televisión por cable. 8 desconocidos, cada uno en una parte del mundo, que por una extraña situación se conectan mental y espiritualmente siendo capaces de ver, sentir y actuar por los otros.
Política, religión, sexualidad, racismo eran tratados sin tapujos ante una sociedad que parece no querer mostrar ningún tipo de debilidad pero que enseguida se enganchó a esta ficción que contaba con Miguel Ángel Silvestre como embajador patrio (aunque hiciera de actor mejicano). Pero parece que los 500.000 usuarios de Netflix que la calificaron con un promedio de 4,⅕ no eran suficientes para que la plataforma la mantuviera en la parrilla. Horror y destrucción televisiva.
Malas noticias que, al menos, dulcifican (y alargan) un poco su final anunciando que el próximo 8 de junio se emitirá un capítulo especial de 2 horas de duración y con el que Will, Riley, Van Damme, Sun, Lito, Kala, Wolfgang y Nomi nos dirán el adiós definitivo dejando el pabellón muy alto.