Aunque sigamos luchando por lo contrario, aún seguimos luchando contra los prejuicios. Vivimos en una sociedad en el que las casposas opiniones preconcebidas que tenemos de la gente imperan a la hora de que nos caigan mejor o peor o que, en el caso laboral, tengamos que decidir si tal o cual individuo es idóneo para tal o cual trabajo. Pero parece que el que la sigue, la consigue y en Estados Unidos han dado el primer paso.
El Tribunal Supremo de los Estados Unidos da la victoria a la comunidad LGTBI con un fallo con el que prohíbe la discriminación en el lugar de trabajo contra cualquier empleado homosexual o transexual. Un fallo con una votación 6-3 que golpea a la administración de nuestro nada DEAR Trump(fff) y tras el que los jueces han ratificado que el Título VII de la Ley de Derechos Civiles de 1964, que prohíbe a los empleadores discriminar a los empleados por motivos de sexo, raza, color, nacionalidad y religión debe ser de obligado cumplimiento.
Y es que, seguramente, que estuvieras al tanto de que más del 45% de los gays empleados en todo el mundo son absolutamente rechazados y/o marginados en su puestos de trabajo, simplemente por su condición sexual. Eso sin contar en la diferencia salarial en relación con los empleados heterosexuales, diferencias nada aceptables en los tiempos que corren, unidas a ese miedo persecutorio que provocaría que muchos no se sintieran ellos mismos en el trabajo, siendo, en muchos casos, totalmente señalados.
Una decisión, la de la Corte Suprema de Estados Unidos, de la que debían aprender muchos países, en especial, casi todos los sudamericanos, Rusia y los asiáticos que en materia de igualdad y sexualidad están a años luz de la verdadera normalidad que no tendría que ser otra que valorar a cada trabajador por el trabajo que desempeñe o vaya a desempeñar y no por con quién se meta en la cama. Cuando empiecen a quitarse esos prejuicios asquerosos de encima, comenzarán a valor a la gente por cómo son y no por la “clase de monstruos” que ellos creen que tienen delante. Se llama evolución.