Nos vendieron las redes sociales como una herramienta perfecta para poder mantener nuestra red de amigos cerca, muy cerca, pero lo que sí es cierto es que esta aparente tapadera (que no dudamos que también esté muy bien) ha provocado que el estar tan pendiente en las vidas de los demás (por muy amigos que sean), nos esté alejando de la nuestra propia vida. ¿Te has parado a pensar en qué es lo que haces antes de irte a la cama a dormir? Pues piénsalo porque parece que no es que lo estemos haciendo muy bien.

Y es que más de uno habrá contestado que la última tarea que realiza antes de echar las persianas es ‘scrollear’ un ratito en su red social de cabecera (generalmente Instagram). ¿Sabías que el 50% de los adultos ingleses chequean sus redes sociales dos o tres días a la semana antes de dormir, que el 27% confirma que es ya una costumbre diaria y que para el 56% de los jóvenes es toda una obligación? Pues bien, estos datos provienen de un reciente estudio realizado por el proveedor de servicios sanitarios británico Vita Health Group al darse cuenta que los casos de salud mental se han incrementado.

¿Qué tiempo le dedicas al día a pensar en tus cosas, metas, objetivos…? Cada día son más los que para evadirse del mundanal ruido se entrega a las redes sociales como el que bebe para olvidar. De esa manera no realizamos la introspección que necesitamos para equilibrar cuerpo, alma y cerebro y que tan necesaria nos es.

“El peligro de buscar una distracción es que la evasión emocional es solo una solución temporal. Dedicar un poco de tiempo cada día a la autorreflexión puede ser realmente beneficioso. Puede ayudar a las personas a procesar sus pensamientos y sentimientos y ofrece la oportunidad de poner las cosas en perspectiva, especialmente cuando la vida puede parecer repetitiva y desafiante”, nos explica Tom Bivins de Vita Health Group.

Por lo tanto, esta noche, antes de cerrar los ojos… ¡piensa! Ya chequearás Instagram mañana. Tu salud mental lo agradecerá.

Posted by:Bru Romero

La vida es una obra de teatro que no permite ensayos. Por eso, canta, ríe, baila, llora y vive intensamente cada momento de tu vida, antes que el telón baje y la obra termine sin aplausos.