Pocas cosas han sido más inherentes a la homosexualidad desde hace décadas como la necesidad de encontrar lugares públicos con una pátina pseudo privada, con el fin de mantener esos encuentros que saciaran las pasiones más bajas, íntimas o la curiosidad del que no sabía pero pretendía cruzar al lado oscuro. Puntos de encuentro por todos conocidos que suponían una secreta oda a la libertad pero también a la sordidez, una manifestación más que autentificada de que el impulso humano fue siempre más fuerte que los convencionalismos, las normas de comportamiento social o el miedo a ser descubierto (y muchas veces, castigado), todo un desafío a la sombra de un baño o un urinario público, por ejemplo.
Unas coordenadas convertidas en decadente testigo de décadas y décadas de amistades, relaciones, perversiones y oportunidades y que durante años supusieron un verdadero lastre para estos aseos públicos que vieron transformada su labor original.
Lugares que toma de punto de partida el fotógrafo francés Marc Martin para una retrospectiva de fotografías que al nombre de Public Toilets, Private Affairs explora esta pasión secreta, visibilidad “bajo tierra” de sexo inmediato y, en muchas ocasiones, anónimo.
Una interesante visión actual y reconstruida de esta extendida costumbre en el mundo gay y que pese a ser ya casi una anécdota nos devuelve la sensualidad y el morbo propio de aquellos encuentros frugales, miradas furtivas y contactos sexuales al margen de cualquier tipo de decoro establecido. Actividades inusualmente sociales que borrando cualquier tipo de atención al nivel social y/o cultural encontraron refugio de miradas escrutadoras en cubículos poco desinfectados alicatados hasta el techo.
Una exposición que podrá verse en el Museo Schwules de Berlín hasta el próximo 5 de febrero de 2018 y que no deberías perderte… si eres melancólico.