Parece que el hombre se ha puesto las pilas en aquello de comenzar a retocarse. Y es que ya se sabe que una vez que empieza, la cuestión está en decidir en qué momento se acaba. Si pensabas que al hombre lo único que le interesaba era alzarse con una buena melena a lo Don Johnson en Miami Vice, pues explicarte que sus intereses no solo se quedaban en el ámbito estrictamente capilar. ¿Comenzamos?

Con la vuelta a la rutina después del verano, son muchos los que se apuntan al gimnasio como el que va a Covadonga a encomendar sus plegarias a la Virgen. No es que haya muchas ganas pero esa exaltación de la vida activa/deportiva y la pasión y fervor con el que miles de hashtag healthy inundan todas tus redes sociales nos obligan a que tengamos que sudar la camiseta para poder lucir bien apolíneo en nuestras próximas vacaciones bajo el sol o en ese plan de piscina de interior que tanto postureo otorga a nuestro timeline. Pero, ¿todo el mundo está preparado para cincelar su cuerpo en la sala de los hierros o al aire libre? No, los hay quienes se ponen pectoral, glúteos, abdomen y un curioso suma y sigue. Y si no, que se lo digan al Capitán América.

 

El famoso six pack o abdomen bien marcado y delimitado es complicado de mantener solo en el gimnasio. A no ser que te centres exclusivamente en él (diariamente) es complicado que consigas mantenerlo tan duro y bien formado como una antigua tabla para lavar ropa. Todos queremos estar fuertes pero nos cansa la sola idea de tener que sudar las calorías de más y es por ello que el recurrir a un cirujano para implantarse bíceps, unos buenos pectorales, glúteos y turgentes gemelos ha aumentado en casi un 437% con respecto a años atrás. Pero no todos lo hacen únicamente por verse bien, existen un 35% de personas que se meten un quirófano para reconstruir alguna parte de su cuerpo afectada por cualquier tipo de operación que salió mal, malformaciones varias o el síndrome de Polonia en el que uno de los pectorales es más grande que el otro.

«Los pacientes masculinos están tratando de lograr una fachada que no se puede lograr solo con dieta y ejercicio», explica el cirujano estético neoyorquino Dr. Douglas M. Senderoff.

¿Y qué pasa con el otro 65%? La genética es la genética y por mucho que nos queramos enfrentar a ella, hay ocasiones en la que no podemos llegar a los objetivos físicos autoimpuestos. La definición absoluta es la gran buscada y cualquier tipo de red social que uses no ayuda a que te olvides de ella (solo hace falta poner #mykonos y descubrir la cantidad de fotografías adscritas a ese hashtag y entendiendo por qué las esta isla pertenece a las Cí-cla-das). Con el augue de estos cuerpos imposibles de individuos que no deben hacer mucho más en el día que entrenar, cuidar su alimentación y atiborrarse a ¿ciclos? es normal que haya muchos con cuerpos más normales que les de vergüenza quitarse la camiseta hasta para probarse la ropa en el probador de una tienda. Una presión que también les hace pedir cita a su experto en estética de cabecera.

Y aunque no te creas de primeras, son los hombres homosexuales los que más apuestan por este tipo de operaciones pero, ¿por qué? La comunidad gay suele tener hábitos alimenticios desordenados, una imagen corporal negativa o dismorfia corporal, un diagnóstico psicológico que se refiere a la preocupación de uno con un defecto o defecto percibido con su apariencia física. «Los que están fuera de la sociedad masculina sienten una sed aún mayor de ser el ideal masculino que aquellos que pertenecen», explica Jeremy Bamidele en su estudio sobre la dismorfia homosexual.

 

Un capricho de lo más caro puesto que según la Sociedad Estadounidense de Cirujanos Plásticos, los implantes de pectoral supondrían un desembolso de casi 3,700€ o 4,200€ si lo que queremos es lucir un bonito culazo. Un precio que en ningún caso aseguraría que después de la operación no estés “vendido” a cualquiera de los posibles riesgos como son las infecciones varias, el rechazo del organismo a las prótesis o hinchazón de la sangre coagulada o daños musculares.

¿Estás seguro que no quieres ganar esa musculatura ejercitándote en el gimnasio? Tardarás más en alcanzar la meta pero tu salud lo agradecerá.

Posted by:Bru Romero

La vida es una obra de teatro que no permite ensayos. Por eso, canta, ríe, baila, llora y vive intensamente cada momento de tu vida, antes que el telón baje y la obra termine sin aplausos.

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