Existe un Madrid para los madrileños y otro para los que viene a visitarnos. No es difícil ir por Huertas y que te propongan la entrada decenas de sitios con música internacional y bebidas a granel. Pero dentro de ese ecosistema —el barrio de las Letras— creado para el turista encontramos, al menos, cinco localizaciones en las que merece la pena entrar, sentarse y dejarse sorprender. Vamos allá.
Viva Madrid (Manuel Fernández y González, 7)
No, no estamos lanzando vítores al cielo. Pero podríamos hacerlo, ya que el que fuese uno de los locales con más solera de Madrid acaba de reabrir sus puertas (La primera vez que se abrieron fue en 1856). Se trata de una de las tabernas más ilustres de la ciudad. Un lugar que en 1920 compartió protagonismo con Chicote y el Bar Cock y que en la movida se convirtió en el sitio de referencia de todo el underground madrileño. Pues bien, ahora, recupera lo mejor de estos periodos de la mano del bartender argentino Diego Cabrera y su equipo.
Cuenta con dos espacios: una “taberna inusual” y una coctelería. La primera se presenta con una oferta de cocteles pensados para el momento del aperitivo. Cabrera ha recuperado, por ejemplo, la “media combinación” que instauró en España Miguel Boadas. La cara b de Viva Madrid es una coctelería en la que los tragos se mezclan con jazz. Ambas han sido remodeladas por el interiorista Lázaro Rosa Violán respetando la estética original. Ahora sí: Diego, ¡un Bloody Mary!
Atlantik Corner (Ventura de la Vega, 11 y 13)
El chef portugués Nuno Noronha es el responsable de la cocina de este restaurante especializado en platos y vinos de influencia atlántica. Su propuesta se mueve de una orilla del mundo a otra. El mar es el absoluto protagonista en una carta en la que no falta el bacalao, las anchoas (servidas sobre escalivada de verduras al carbón), los daditos de corvina con aguacate, el bonito en tres texturas y la moqueca verde de mariscos (una receta de indígenas brasileños).
En su carta de vinos no faltan numeroso albariños y otros vinos de bodegas portuguesas y gallegas. Además, cuenta con el sello Bib Gourmand otorgado por la Guía Michelin.
La Gustava (Huertas, 20)
En la plaza de Matute, donde se encontraban las redacciones de El Imparcial y La Ilustración de Madrid (dirigida por Gustavo Adolfo Bécquer) a finales del siglo XIX, se encuentra este pequeño restaurante en el que las tapas y la cerveza son los absolutos protagonistas. Se trata de un local en el que a las recetas de toda la vida se les ha dado un toque innovador y muy personal.
Merecen una mención especial sus tomates, ya que son tomates de verdad con un sabor exquisito. Lo mejor es ir en grupo y pedir su ensaladilla rusa, sus boquerones fritos, su pulpo a la gallega o sus sardinas ahumadas. Todo acompañado siempre de una caña bien fría.
Alimentación Quiroga (Huertas, 19)
Escondido detrás de un escaparate discreto y un cartel antiguo se esconde un colmado en el que, además de comprar productos gourmet de primer claridad, podrás tapear y beber buenas referencias enológicas. Tras el mostrador encontrarás mermeladas caseras, chocolates, conservas, aceites y aperitivos. Además, también cuenta con charcutería y muchas referencias de quesos de varios países europeos. Es, por tanto, un lugar en el que sorprender a alguien y conseguir un plan diferente. Su horario permite ir desde el desayuno hasta las últimas copas de la noche.
Salmón Gurú (Echegaray, 21)
Este no es un lugar apto para conformistas, ni para pedir un cosmopolitan de toda la vida. Al igual que los salmones, aquí nadarás a contracorriente y te dejarás llevar por la alquimia de Diego Cabrera (si, el argentino cuenta con dos locales en menos de cien metros). El local acaba de coronarse como uno de los mejores bares del mundo en la prestigiosa lista The World’s 50 Best Bars 2018.
Salmón Gurú es el lugar en el que ha explotado el luminoso de Schweppes de Callao llenado cada copa de magia. Copas que tiene algo de ti y algo de de Diego. No hay carta, sino una lista de prescripciones abiertas a modificaciones para conseguir que cada cóctel sea único. Además, hay una pequeña propuesta gastronómica internacional para acompañar cada trago.