Si nos hubiéramos encargado de hacer el guion de los American Music Awards, lo más seguro es que la gala hubiera tenido una duración exacta de 7 minutos y 34 segundos. Y es que eso mismo fue lo que duró la actuación de una grande de los escenarios como es Christina Aguilera que en su particular homenaje a otra grande entre las grandes, Whitney Houston, provocó no solo que el tiempo se quedara en standby sino que el resto de la gala se convirtiera en mero aderezo, acompañamiento, en una simple salsa holandesa sobre unos ricos huevos benedictinos.

Sin duda, uno de los momentos más esperados de la noche y uno de los más comentados en redes no solo por la impecable voz de Aguilera, capaz de igualar su registro de soprano/mezzosoprano de 4 octavas al de soprano dramática de la Houston, sino por esas muecas vs cara de admiración de la cantante Pink que desde el patio de butacas se llevó casi todo el protagonismo de las cámaras cuando enfocaban al público.

Anécdotas aparte, el homenaje a la cantante americana, fallecida en febrero de 2012, tenía lugar en esta última edición de los AMAs al celebrarse los 25 años del estreno de El guardaespaldas cuya banda sonora ostenta el rango de “más vendida de todos los tiempos” con 21 millones de copias vendidas en EEUU y 48 millones a nivel mundial.

Escuchamos el mítico I Will Always Love You, vibramos con el Run To You, sentimos hasta la médula el I Have Nothing y saltamos del sofá con el clásico I’m Every Woman, éxitos de una película que hemos vista las mismas veces que Pretty Woman y que aún hoy, nos sigue recordando lo buena que era La Voz, como muchos la llamaban. Un “increíble sueño y oportunidad” para una Aguilera emocionada por cantarle a su ídolo y 7 minutos y 34 segundos en los que el público presente volvió a constatar su poderío vocal.

¿El resto de la gala? Pues Bruno Mars llevándose a casa nada más y nada menos que 7 premios (artista del año, vídeo del año, artista masculino favorito, álbum favorito, artista masculino favorito de soul/R&B y álbum favorito de soul/R&B); Luís Fonsi y su Despacito junto a Daddy  Yankee y Justin Bieber obteniendo su trofeo a colaboración del año y canción favorita de pop/rock (el género musical seguimos sin entenderlo pero bravo por él/ellos); la actuación del grupo coreano BTS, líderes del movimiento KPop, que llega para arrasar en el continente europeo y que sirvió para que Jared Leto quedara sin palabras y el propio Leto que siempre nos gusta, siempre queda bien y siempre… ¿hemos dicho ya que nos gusta? y se encargó de dar uno de los premios a Mars y de paso mostrarnos lo bien que le sienta un Gucci. Pero aún con él, la noche se la llevo Whitney versionada por la Aguilera. Verdadera fantasía pop.

Foto portada: Getty Images

Posted by:Bru Romero

La vida es una obra de teatro que no permite ensayos. Por eso, canta, ríe, baila, llora y vive intensamente cada momento de tu vida, antes que el telón baje y la obra termine sin aplausos.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *