Con la sangre aún alterada por las afirmaciones de Mel B sobre la inminente gira de las Spice Girls (que Victoria Beckham se ha encargado de alimentar y negar con la misma intensidad) y que celebraríamos como el mejor de los orgullos, nuestro corazón comienza a bombear más fuerte, al ritmo de cualquiera de los grandes éxitos de Cher, tras saber que se prepara un musical sobre la diva electro-pop y que ella ya ha asistido a un previo.
Sí, lo que lees. Cher a sus 72 primaveras y no se sabe ya cuántas cirugías sigue strong enough en esto del show business y a su contrato en Las Vegas y una aparación en la segunda parte de la película Mamma Mía (en la que se encuentra con su vieja amiga Meryl) suma ahora un musical, presumiblemente para Broadway, y en el que se repasarán los hitos de su carrera. Un musical dirigido por Jason Moore que ya se ensaya (previo estreno en Chicago) y que según la mujer más camaleónica de los escenarios (perdonad, Madonna y Lady Gaga), la propietaria de más pelucas que Joan Collins, Dolly Parton y Raquel Welch juntas, tiene partes “realmente fabulosas”.
“En muchas escenas fue mejor de lo que pude imaginar. No hubo partes donde quisiera sacarme los ojos, aún así, necesita trabajo. Se supone que no debo decir eso pero me da igual. Realmente me sorprendió lo entregados que se veo a esos chicos. Algunos están muy acertados, es increíble”, explica Cher, una de nuestras divas favoritas después de nuestra cover girl de este verano, Ágatha Ruíz de la Prada.
Y es que el nivel de implicación de Cher en el musical no está siendo el de mera espectadora sino de implicada absoluta releyendo el guión junto con Moore, repasando frases que no eran del todo ciertas e incluso dando ideas como la de añadir unas cuantas canciones dance para poner broche final al espectáculo, dejar al patio de butacas y fans al borde del colapso y redondear, aún más, una obra para su mayor gloria y mitificación. Si es que la que es diva, lo es hasta el final.