Sin habernos repuesto aún de la casi victoria de nuestra flamante representante en Eurovisión, descubrimos entre risas cómo algunas voces que en su momento criticaron su elección, ahora la encumbran como salvadora de una España que es, más que nunca, de charanga y pandereta.
Que en un 2022, en el que nos estamos recomponiendo de todo, hayamos conseguido ser terceros en Eurovisión (segundos, si no contamos que Ucrania ha ganado por pena) se lo debemos solo y exclusivamente a una mujer hispano-cubana.
Chanel Terrero llegó a nuestras vidas como una perfecta desconocida, aunque en el mundillo del espectáculo ya se la conocía lo suficiente. Todos creíamos que aquel ‘Ay mamá’ de Rigoberta Bandini sería el tema con el que nos defenderíamos frente a Europa en el mítico certamen anual de la canción ligera. No fue así. Chanel se imponía, con el apoyo sordo de TVE que la convertía en reina mestiza absoluta de un Benidorm Fest de lo más controvertido y que le otorgaba la misión de llevar a España a un sitio decente de la clasificación, como hacía años que no vivíamos.
Un éxito que desde aquel segundo puesto de Anabel Conde en 1995 no conseguíamos superar y/o igualar y que más de uno creyó imposible. Políticos, periodistas, presentadores y demás caras conocidas de nuestro día a día dejaron constancia de que Chanel no era la mejor opción para conseguir tal proeza. Improvisados jueces de línea que reivindicaban la dignidad de la mujer, atisbaban un exaltamiento de la prostitución y no entendían cómo un tema como SloMo representaba todo aquello que olía a denigración y aún así era aplaudido. Críticas que provenientes, la mayoría, de una izquierda irreconocible (Unidas Podemos, ERC y PSOE) tornaban en aplausos y palmaditas en la espalda, según Chanel conseguía los 459 puntos y se colocaba tras Reino Unido (los ingleses siguen siendo europeos para lo que les interesa) en un increíble tercer puesto.
Un resultado que no solo demuestra que cuando se cree en algo y se pone talento e ilusión, el cielo es el único límite y que dependiendo de como vayan las cosas, podemos pasar de haters a lovers porque desdecirnos de todo es ya un un deporte nacional.
Chanel, enhorabuena. Nos sentimos ganadores en cuerpo, alma y corazón, gracias a ti.