Vivimos en una sociedad en la que en pocas ocasiones se exalta la belleza masculina. Nos hemos acostumbrado tanto a alabar la figura de la mujer, las línea perfectas (o imperfectas pero terriblemente atractivas) de las féminas que se nos olvida que nosotros también existimos, que vamos a la par y tenemos atributos más que necesarias para eclipsar (o volver bizco) a más de una… y uno. ¿No te lo crees?, ¿hablamos de chicos?
Boys! Boys! Boys!, así se llama la última exposición de la británica The Little Black Gallery que hasta el próximo 19 de marzo (Día del Padre) nos alegra la vista con una muestra que nos ayuda a poner el foco en la figura masculina como principal objeto de nuestro deseo, “al más puro estilo Grindr”, según explica el co-fundador de la galería y curador de la exposición, Ghislain Pascal.
Una atenta y exhaustiva mirada a través del trabajo tanto de jóvenes artistas como de fotógrafos mundialmente conocidos y que, en caso de gustarte alguna obra, pujar por ella y poder llevarla a casa para su disfrute diario. Obras firmadas por Tom Bianchi, Walter Pfeiffer, Luke Smithers, Ferry Van Der Nat, Adey, Robert Mapplethorpe, Anthony Goicolea, Wolfgang Tillmans, Mel Roberts, Levi Foster, Ryan McGinley, Bob Carlos Clarke, Stephane Gizard, Jack Pierson, Allen Ginsberg, Gershon Kreimer o Andy Warhol, tremendamente sensuales (y sexuales) y que poco dejan a la imaginación (¿para qué hacerlo?).
Una vuelta a esas imágenes que estampaban, cual pegatinas coleccionables, aquellas revistas beefcake que aparecieron en Norteamérica en los 30 y que hasta los años 60, ilustrarían las fantasías de aquellos hombres (principalmente) que disfrutaban de una intimidad al margen de las reglas sociales de la época. Números que a modo de guías deportivas, de exaltación de la incipiente cultura fitness, permitían a fotógrafos como Bob Mizer o Alan B. Stone dar rienda suelta a una sexualidad destinadas al público homosexual.
“La fotografía queer o gay está floreciendo en este momento y estoy feliz de poder atraer la atención sobre una mezcla tan buena de obras nuevas y clásicas. Los fotógrafos contemporáneos están continuando una tradición que ha existido durante siglos, porque ya desde Caravaggio o Rubens se deleitaban con las formas masculinas”, explica Pascal.
Ya va siendo hora que añadas una nueva joya a tu pequeña y doméstica colección de arte. ¡Ofú, qué calor!