El mundo del arte es caprichoso, lo que a unos les puede parecer todo un espanto o absurdez supina a otros les puede parecer toda a una oda al talento más virtuosista, joya de la cultura más contemporánea. Desde My bed de Tracy Emin, Caja de zapatos vacía de Gabriel Orozco, Merda d’Artista de Piero Manzoni a Mirror blood red de Gerhard Richter pasando por cualquiera de las de Damien Hirst, han sido muchos (crítica y público) los que han aplaudido o vilipendiado estas cuestionadas obras de arte de la cultura más rebelde y conceptual. Pero ¿y si te dijéramos que una casa de subastas como Sotheby’s podría haber estado detrás del último ejemplo de arte más insurrecto? La Girl with balloon de Banksy tiene la palabra.

Imagina la situación. La casa de subastas Sotheby’s en Londres expone su última obra. Se trata de la Niña con globo del irreverente artista callejero Banksy que llega a los 1,180 millones de euros. Justo antes de descolgarla, la obra (inexplicablemente) empieza a autodestruirse como si de aquellas notas que recibía el Inspector Gadget se tratara. Nadie sabe qué está pasando… o al menos eso parece. Minutos después en la cuenta de Instagram oficial de Banksy se cuelga el vídeo explicando lo ocurrido.

Para evitar que la obra se subastara, el artista construyó en el interior de su marco una trituradora que al “venderse” la hiciera desaparecer para asombro del público más especializado. Una acción que según el artista (del que no se sabe su identidad aunque existen rumores) gira en torno a aquella idea de Picasso de que “el impulso de destruir también es un impulso creativo”. Pero, ¿nadie revisó el marco?, ¿por qué dejaron la pieza para cerrar la subasta?, ¿por qué en el vídeo subido por Banksy existen imágenes del interior de la sala donde se produjo la subasta?, ¿era algo premeditado? Lo que sí sabemos es que desde ese momento, la obra se ha revalorizado un 50%… poca cosa, oiga.

Posted by:Bru Romero

La vida es una obra de teatro que no permite ensayos. Por eso, canta, ríe, baila, llora y vive intensamente cada momento de tu vida, antes que el telón baje y la obra termine sin aplausos.

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