Ya en el siglo V se hablaba de torrijas. Un plato que, según parece, venía de Italia y que en España Juan del Encina nombraba en su Cancionero, refiriéndose a ellas como «miel y muchos huevos para hacer torrejas». Un postre sencillo que, más allá de sus calorías o todo lo malo que se te pueda ocurrir para no comerlo, se ha hecho un hueco entre nuestros corazones en un tiempo santo, como en el que nos encontramos, en el que se nos pide tanto ayuno y abstinencia. ¿Quieres saber dónde encontrar las mejores torrijas y así mitigar ese gusanillo del estómago? Compartimos contigo nuestras direcciones. Disfruten de estos días.
CASA RURAL MESÓN MARYOBELI, Valladolid
Con una receta tradicional y un sabor a miel y a naranja, que le otorgan una gran melosidad, sus torrijas merecen un parada obligada. En 2018 sacaban pecho pues su torrija se convertía en la mejor de toda España y, hoy, no han bajado el listón.
EL RIOJANO y VILLAROY’S, Madrid
Tanto la centenaria pastelería (El Riojano) como la humilde casa de comidas (Villaroy’s) pueden sentirse orgullosos y es que suyas son las torrijas más ricas de Madrid de este año. Un honor que comparten en las categorías de pastelería y restauración y que ha hecho que tanto la pastelería de cabecera de la reina María Cristina de Habsburgo como el negocio del joven, pero experimentado, Martín Javier Martínez Villamor sean durante estos días un verdadero ir y venir de fieles golosos.
CONKDEKATERING, Córdoba
El chef Kisko García, galardonado con una estrella Michelin por su restaurante Choco, nos hace babear de gusto con esta dulce creación que podrás encontrar ofertada dentro de su catering. No le falta la bolita de helado. Ya puestos…
BODEGÓN ALEJANDRO, San Sebastián
Tradición y modernidad se enfrentan en esta delicada creación caramelizada y presentada junto a una bola de helado de queso fresco. Un verdadero disfrute.
RESTAURANTE LA BÓVEDA, Burgos
Este bar-restaurante dispensó las mejores torrijas de España en 2017 y hoy su fama sigue viva gracias a una receta de toda la vida, que hace que el bocado sea de lo más delicioso.
CAPILLA 21, Jaén
El selecto gastroclub sitúa a la ciudad andaluza en el mapa torrejil con un postre al que denominan torrija Lotus. Una versión de lo más dulcera y sabrosa de este postre de lo más agradecido.
EL PORTAL DE ECHAURREN, Ezcaray, La Rioja
Francis Paniego se enfrenta a este clásico dulce con una puesta en escena mucho más aireada (y menos mazacote) para este postre que debe ser untuoso en boca y no algo insípido y seco. ¿Su secreto? Sustituir la leche por una crema tipo natilla y terminar el plato con una deliciosa mousse de queso.
CASA PEDRO, Zaragoza
En el casco histórico de Zaragoza nos encontramos con este local donde las torrijas también tienen un puntito cañerito. Su torrija realizada con pan de brioche caramelizado con crema de coco y chocolate blanco e infusionada al jengibre es su particular propuesta.
AGATXO COOKING LOFT, Badajoz
Textura de lo más cremosa y un sabor dulce, pero sin pasarse, es lo que encontramos en esta bodega abandonada, reconvertida en un restaurante de lo más pintón, en Los Santos de Maimona. Un must.
A RESTAURANT, Barcelona
En pleno Barrio Gótico nos encontramos con la sofisticada propuesta de Alain Guiard. Una rebanada gruesa de brioche, caramelizada , horneada y servida con una almendra de helado de leche ahumada con crumble de galleta y frutos rojos. Ahí queda eso.
CASA GERARDO, Asturias
Llevar 135 años alegrándole el día a los más fieles sibaritas no es trabajo sencillo, solo nos basta con probar su torrija (también con estrella Michelin) para entender por qué la localidad de Prendes debe ser otro destino más entre tus posibles durante esta semana tan pía.
CARNICERÍA GABIRIA, Getxo, Bizkaia
Que las torrijas más buenas de este año, a nivel nacional, se hagan en una carnicería es una anécdota que jamás podrá olvidar ese negocio familiar. Una receta materna capaz de dejar al jurado sin palabras y a nosotros con ganas de ir al País Vasco con la excusa de probarlas. “Solo tiene pan (de la pastelería Zuricalday Algorta), leche, azúcar, huevo y canela”, nos explican. ¡Qué penitencia!