Siempre nos ha encantado. Nos ha hecho bailar y cantar a voz en grito, nos ha regalado himnos que poder entonar un viernes o sábado noche, se ha convertido en el hombre al que nos gustaría calcar hasta en sus andares o abrazar en un domingo de peli y manta. Seguramente, hasta sería el vecino adorable que siempre te saluda en el descansillo y echa una mano si necesitas cualquier ayuda doméstica. Pero como hay cosas que no podemos comprobar a pie de pista (aunque nuestra imaginación avance poderosa), siempre nos quedará saber a qué huele Adam Levine. Porque lo sabemos.
Y es que el vocalista del grupo Maroon 5 y coach del programa televisivo The Voice añade a su ya de por sí gran revolver, una nueva muesca: embajador de la fragancia masculina Y de Yves Saint Laurent. Una unión más que perfecta que refleja, una vez más, no solo los probados encantos de uno de los tipos más cool y con más flow del planeta sino la capacidad de una firma como YSL Beauty de saber aceptar de pleno en sus decisiones publicitarias.
Un perfume que captura la esencia propia de la energía y creatividad exudada por las nuevas generaciones para las que toda nueva aventura viene precedida de un “¿por qué?” y toda experiencia queda definida por los pasos que da y el rastro que deja. Marcas que en este caso quedan muy bien definidas por los toques de violeta, gerano, bergamota, salvia, ámbar gris o jengibre de este perfume y que nos acercan un poquito más si cabe a este Levine que haga lo que haga, se mueva como se mueva, mire como mire, vista como vista siempre deja huella y ahora, que sabemos a lo que huele, mucho más. ¿Para qué imaginarlo si podemos oler a él?